Carrión de los Condes, un pintoresco pueblo de la provincia de Palencia en España, ha cautivado una vez más a miles de personas con su magnífica celebración del Corpus Christi. Este evento anual, que se lleva a cabo 60 días después del domingo de resurrección, destaca por sus coloridas alfombras florales que adornan las calles y rinden homenaje tanto a la fe cristiana como al arte efímero y la naturaleza.
La tradición del Corpus Christi en Carrión de los Condes se remonta a siglos atrás, y su importancia ha quedado plasmada en las Ordenanzas de la Villa de 1568, donde se dedicaba un libro completo a la Procesión del Corpus Christi. En aquel entonces, la asistencia a la procesión era obligatoria, y aquellos que no participaban se enfrentaban a multas severas, sin importar su posición social. Todos debían acompañar al Santísimo.
Otra costumbre centenaria es la decoración de las calles con flores. En el siglo XVII, se estableció por ordenanza que los vecinos debían embellecer las calles con flores y trigo. Aunque esta práctica se interrumpió durante un tiempo, fue retomada a finales del siglo pasado y se ha mantenido hasta la actualidad, con la excepción de las dos últimas ediciones debido a la pandemia. El Corpus Christi de Carrión de los Condes fue reconocido como Fiesta de Interés Turístico Regional en 2008 debido a su continuidad en el tiempo, su vistosidad y el laborioso trabajo artístico que implica la creación de las alfombras florales.
Los habitantes de Carrión dedican semanas de colaboración solidaria para confeccionar estas impresionantes alfombras que adornarán las calles del pueblo. Utilizan exclusivamente materiales naturales, como plantas aromáticas, césped y posos de café, lo que no solo brinda un deleite visual, sino también un agradable aroma en el ambiente. El nivel artístico de estas alfombras es tan alto que la Asociación de Alfombristas de Carrión de los Condes forma parte de la Federación Internacional de Alfombristas de Arte Efímero.
En la madrugada del domingo de Corpus, desde los más jóvenes hasta los más mayores, todos se levantan temprano para rellenar las alfombras que previamente habían preparado en el pavimento el día anterior. Los diseños son variados, incluyendo motivos religiosos, eucarísticos, geométricos y referencias al Camino de Santiago. Observar el meticuloso y preciso trabajo de los vecinos mientras completan las alfombras horas antes de la procesión es un espectáculo fascinante y un privilegio al alcance de todos.
Alrededor de las 10 de la mañana, locales y visitantes recorren los laterales de las alfombras florales, que se extienden a lo largo de un recorrido de 2 km. Los visitantes contemplan maravillados el hermoso trabajo efímero que desaparecerá en pocas horas. Al mediodía, da comienzo la procesión del Corpus Christi, en la que participan los niños que hacen su Primera Comunión, las cofradías, la banda de música y las damas y mujeres de la villa, ataviadas con peineta y mantilla. La procesión transcurre sobre las recién confeccionadas alfombras florales, mientras los vecinos desde sus casas crean una lluvia de millones de pétalos de flores. Este momento mágico perdura en la memoria de todos aquellos que tienen la oportunidad de vivirlo.